Raúl Scalabrini Ortíz fue cuentista,poeta, periodista, investigador, escritor, economista amateur, historiador revisionista y polemista. Como la mayoría de los intelectuales de su época lo fue todo. Sin embargo, él consiguió convertirse en uno de los referentes del nacionalismo popular de mediados de siglo_ escribió al menos cuatro libros fundamentales para esta corriente_ y subirse así, junto con Arturo Jauretche y Juan José Hernández Arregui al podio del pensamiento nacional que atravesó y marcó el siglo último. El 30 de mayo se cumplen exactamente cincuenta años de su muerte y el aniversario redondo obliga a preguntar y reflexionar sobre su legado: Siguen vigentes los lineamientos centrales de su pensamiento?
Hijo de Pedro Scalabrini, un reconocido naturalista vinculado al célebre positivista Florencio Ameghino, Raúl Angel Toribio nació en la Ciudad de Corrientes el 14 de febrero de 1.898. La trayectoria de su padre, que fue Director del Museo de Historia Natural de Paraná, fue una gran influencia para él, ya que a lo largo de todo su trabajo una obsesión central fue sistematizar su pensamiento y que sus obras alcanzaran status científico. A pricipios de siglo, la familia se estableció definitivamente en Buenos Aires, donde Raúl estudió el Bachillerato en el Colegio Nacional Sarmiento y años después se recibió como ingeniero agrónomo en la Universidad de Buenos Aires. Nadador y boxeador, Scalabrini Ortíz se forjó como intelectual fuera de las aulas: Siempre se consideró a si mismo como un autodidacta, quizá la encarnación moderna del librepensador renacentista.
Los primeros años de su juventud fueron fecundos. Habitué de la librería que Manuel Gleizer tenía en la Avenida Triunvirato al 500, Scalabrini conoció allí a Leopoldo Marechal, Nicolás Olivari, César Tiempo y Jorge Luis Borges, entre otros. Pero sobre todo se conectó a través de Ellos con un personaje fundamental de la literatura metafísica porteña: Macedonio Fernández. Influenciado por las obras del Autor de No todo es vigilia, la de los ojos abiertos, Scalabrini publicó su primer libro- fue justamente Gleizer el editor- , una serie de relatos titulada La Manga.